Actualización de marca y nuevo sistema visual para la institución capital de la promoción de la cultura catalana
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El Institut Ramon Llull encarga a Toormix el desarrollo de un nuevo código reconocible para todas sus expresiones y canales de comunicación. Se hace necesaria una unificación del sistema gráfico y tono de comunicación para todas las piezas de promoción culturales que desarrolla la institución dentro de todas sus áreas de actuación.
Desde el Institut Ramon Llull se nos pidió desarrollar un código gráfico y visual para la comunicación que permitiera englobar actividades tan diversas como cursos de catalán, presentaciones literarias, recitales de poesía, actividades de artes performáticas, conciertos, presencia en ferias, entre otros.
La idea era crear un contenedor flexible y que permitiera que cada una de estas actividades pudiera desarrollar su propio carácter pero manteniendo una unidad de estilo que hiciera al Llull mucho más reconocible de lo que era hasta entonces.
Reto
Vista la variabilidad y diversidad de actividades, así como su naturaleza, el principal objetivo era desarrollar un nuevo sistema abierto y flexible que permitiera que cada una de estas actividades pudiera mantener su propio carácter sin perjudicar la identidad global de la institución, la cual era meramente testimonial hasta el desarrollo del proyecto. Para ello ha sido necesario dotar de mayor presencia al Instituto Ramon Llull como impulsor, así como visibilizar su marca para convertirla en un sello de garantía y calidad para el receptor. Se trata de generar una marca identificable para que cualquier persona que pueda estar interesada en sus actividades, independientemente de su naturaleza, pueda identificar que forma parte de una sola entidad de referencia.
La dificultad a la hora de desarrollar el proyecto era crear un marco visual bastante identificable con la institución y al mismo tiempo permitir que cada actividad pudiera expresarse en función de sus características y recursos comunicativos. Para hacer esto, se depuró la marca con una actualización tipográfica, buscando una nueva tipografía coherente con la imagen original pero que tuviera formas más amables. Un ajuste que le acompaña también una ampliación de la paleta de colores corporativa y toda una serie de nuevos recursos estandarizados para poder crear una caja de herramientas con la que el equipo de diseño pueda trabajar de manera versátil y coherente.
A través de la construcción de un código gráfico nuevo, con el que poder desarrollar todos los materiales y la definición de una serie de normas básicas de construcción del espacio, se ha querido crear un sistema múltiple en cuanto a posibilidades pero sencillo a la hora de ser aplicado, consiguiendo ser pragmático para su receptor. A través de una geometrización del espacio en cuatro franjas (en referencia a las cuatro barras de la bandera catalana), la nueva paleta de colores ampliada, nuevos recursos tipográficos y una definición del «look & feel» recomendado para materiales fotográficos y ilustrativos, se ha buscado reordenar toda la identidad sin cambiar la esencia del logotipo, el cual ya estaba establecido pero no se estaba empleando con suficiente identidad, solidez y sobre todo, presencia.